NOCHES DESESPERADAS PARTE 2
- Tris Jones
- 7 jul 2019
- 3 Min. de lectura

Es tan extraño respirar y que no se te llenen los pulmones, desearía poder volver en el momento en que toda mi vida cogió velocidad y se estampo contra el mundo de la nada, porque es cierto, todo lo que me rodea es la nada, tan solo veo recuerdos perdidos en mi memoria ya atrofiada por todo lo ocurrido. Algunos dirían que estoy loca, que soy rara y que nunca encajaré en esta sociedad de mierda. Quizás lo este y durante mucho tiempo pensé que todos vosotros teníais la culpa, que nunca conseguiría ser feliz porque todos vosotros me habéis convertido en este desecho humano que no siente N-A-D-A. Sabéis que es lo peor de ser una desquiciada que recuerdo absolutamente todo lo que me destruyó en mil pedazos. Recuerdo como mi inocencia me fue arrebatada por el rechazo de los demás, fui creando una fuente inagotable de odio y ira que nunca fue utilizada porque al fin y al cabo yo nunca fui de las que pisaban y abolían todo aquello que no les gustaba. También me nubla el sentido él y ella las únicas personas con las que confiaba al 100%, nos conocíamos de tal forma que con tan solo mirarnos descubríamos hasta el pensamiento más oculto de nuestro interior. Y ahora todos se han ido, estoy sola y no siento nada. Todo carece de sentido, todos me habéis jodido, ya no encuentro a la niña asustada con esa sensibilidad tan característica tan solo suya. Mi cuerpo se está parando solo me queda la mitad de un cigarrillo en mis labios y me preguntó si me encontraras tú medio muerta o serán mis padres, en cualquiera de los casos a estas alturas me importa una mierda quien desvele mi cuerpo sin vida al resto del mundo.
3 horas más tarde
La casa estaba terriblemente silenciosa, hacía 3 meses que dejamos de hablar, la volví a perder por testarudo y caprichoso, tenía que verla. Sé que soy un egoísta, nunca la voy a merecer pero parece que ella es incapaz de darse cuenta, está incluso más loca que yo y eso me encanta.
-Cass, ¿Estas en casa?- grité por la casa, era muy extraño eran las doce de la noche, era normal que su padre no estuviera pero ¿ella?, su hermana me había llamado amenazándome “Como no reacciones de una vez pienso llevarme a Cass muy lejos de ti y de este aburrido pueblo ¿He sido lo suficientemente clara, idiota?” Subo por las escaleras hasta llegar a su habitación, mis ojos no dan crédito, estaba dormida con una colilla apagada en sus labios, había un olor horrible en la habitación, me acerque a ella con el objetivo de despertarla. Algo no iba bien, estaba muy pálida y no respiraba. Entonces vi el bote te pastillas vació en la mesita de noche, me quedó helado.
-Cass... ¿Como has podido ser tan estúpida?- le dije cabreado y derrumbandome sobre su cuerpo tibio. Le empecé a hacer el boca a boca esto no podía acabar así. Al ver que no reaccionaba la lleve a la bañera, empecé a mojarla con agua helada para que reaccionaba, ella lo había hecho otras veces conmigo. No podía estar muerta, intente provocarle vómitos, seguía inerte envuelta de agua. Solo me quedaba una cosa, fui hacia el armario del medicamento, mi pequeña Cass guardaba todo lo necesario para salvar a su padre por si tenía una sobredosis, encontré una inyección de adrenalina, quizás eso funcionará. Se la inyecte en el pecho, automáticamente su cuerpo saltó hacía arriba como un resorte.
-Cass, ¿Estas bien?- No podía articular palabra, empezó a temblar por el agua helada, la cogí en brazos y la lleve hasta la cama la seque y la metí en ella.
-¿Que haces aquí?
-¿Evitar que no te mueras? ¿Se puede saber que cojones acabas de intentar Cassie?
-Quiero que te vayas, han pasado 3 putos meses y ahora haces como si te importara, vete al cuerno Cam.
-No me voy a ir a ningún lado y por supuesto que me importas, Cass yo te quiero como no he querido a nadie en mi vida, como no te voy a querer si me has salvado tantas veces. Cass, ¿Recuerdas mi promesa?
-Por desgracia me acuerdo de todo lo que me dices, “siempre mía”- dice intentando imitar mi voz.
Tris Jones
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